
Recientes descubrimientos de microscopia y electroscopia han detectado que las mascarillas, los hisopos y las nuevas “vacunas” (tanto las antigripales como las que se usan para este supuesto “virus”) contienen nanopartículas de óxido de grafeno, las cuales generan trombos (coagulación de la sangre) y alteración del sistema inmune al descompensar el equilibrio oxidante en relación con las reservas del glutatión. Si se aumenta la dosis de dióxido de grafeno por cualquier vía de administración, se provoca el colapso del sistema inmunológico y la posterior tormenta de citocinas.
El óxido de grafeno acumulado en los pulmones genera pulmonía bilateral por diseminación uniforme en el tracto alveolar, así como sabor metálico en la boca. Si se inhala el dióxido de grafeno provoca inflamación de las mucosas y con ello pérdida del gusto y pérdida parcial o total de olfato.
El óxido de grafeno adquiere potentes características magnéticas cuando ingresa al organismo (esta es la explicación al fenómeno magnético que experimentan ya millones de personas en el mundo tras inocularles el grafeno a través de distintas vías de administración como cubrebocas, hisopos y por supuesto esta terrible sustancia extraña a la que erróneamente llaman “vacuna”).
En pocas palabras: se ha concluido que el “SARS-COV-2” (nuevo “coronavirus”) realmente es el óxido de grafeno, ya que es este elemento y no ningún inexistente “virus” el verdadero causante de estos cuadros sintomáticos a los que estratégica y mercadotécnicamente se le ha llamado “COVID-19”, lo cual confirma la razón por la cual NUNCA SE AISLÓ EL SUPUESTO “VIRUS”, y esto es simple y sencillamente porque ¡NO SE PUEDE AISLAR LO QUE NO EXISTE!
Compartan con sus conocidos y amigos, urge que esta información se de a conocer para bloquearles su tenebroso plan de control.
“Recuerde que LA ÚNICA ENFERMEDAD que verdaderamente existe se llama IGNORANCIA, y la única forma para crear Salud y Bienestar es a través de la CONSCIENCIA”…
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